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martes, 27 de noviembre de 2012

Trabajo de un paleontólogo

-Buscando fósiles:
1. Preparación:
Es imprescindible contar con información geológica de la zona donde se piensa que puede existir un yacimiento de fósiles. Los paleontólogos buscan, normalmente, terrenos ricos en rocas sedimentarias. En zonas con rocas volcánicas es casi inútil buscar fósiles. Si predominan las rocas metamórficas, es posible que sí se encuentren fósiles en ellas, dependiendo de la intensidad del metamorfismo que han sufrido, del tipo de original, etc.

2. Interpretación de un mapa geológico:
Para localizar los yacimientos de una determinada zona, es importante analizar los mapas geológicos de los alrededores de la misma. Con estos mapas se puede saber dónde están los lugares donde se pueden encontrar rocas sedimentarias, susceptibles de contener fósiles. Se realiza así un estudio del terreno previo a la salida al campo, y se decide qué lugares se va a explorar, en función de las posibilidades que ofrecen.
El mapa geológico: una herramienta imprescindible para localizar fósiles

3. Salida al campo. El paleontólogo y cualquier persona que salga al campo debe cumplir con las normas básicas de conservación de la naturaleza. Pero, además, debe tener en cuenta la importancia de los fósiles, testigos únicos del pasado de la Tierra. Debe ante todo, actuar como un científico respetuoso con el medio y tomar todas las notas necesarias, para que así la recolección sea útil. De nada sirve un fósil sin no se toman todos los datos del lugar donde se encontró.

-Recolección de fósiles en el campo:
1. Preparación
Gafas protectoras y guantes son imprescindibles para la recolección de fósiles. Es normal que al desprender rocas con un pico de geólogo salten pequeños fragmentos.

2. Excavación y recolección
Golpear rocas para ver si tienen fósiles en su interior es bastante habitual. Una vez localizados, los fósiles se limpian “in situ” con un pincel de cerda dura.

3. Etiquetado
Todos los hallazgos se etiquetan convenientemente, indicando el lugar de la excavación y el estrato en que aparecieron, y la fecha y el nombre de la persona que los encontró.

-Conservación de fósiles:
1. Marcado y etiquetado
Los fósiles se guardan bien etiquetados. En la etiqueta debe de figurar la identificación de la especie (suelen ser bastante difíciles de identificar), y los datos anotados en el lugar donde se recogió. Se puede asignar un número a cada ejemplar y escribirlo en el fósil. Para ello, hay que pintar una pequeña mancha blanca en el fósil sobre la que se puede escribir: puede pintarse con líquido corrector. Ahí se anotará el número. Este mismo número debe figurar en la etiqueta.

2. Fósiles pequeños.
Los fósiles más pequeños tienen que ser preparados sobre un portaobjetos especial llamado portaobjetos excavado. Se trata de una pieza de cristal un poco más grueso que los que se utilizan en microscopía con la parte central excavada. En esta parte se disponen los fósiles, y se tapa con un cubreobjetos que se sujeta con algún pegamento que se pueda retirar si se desea. Las etiquetas del fósil se pegan directamente en el portaobjetos.

3. Almacenaje
Las tradicionales cajas de naturalista son una buena solución para colecciones pequeñas, pero no bastan para los conjuntos de fósiles, y tampoco para las piezas de tamaño medio o grande. En los laboratorios de paleontología, los fósiles se guardan en grandes armarios con cajones, estanterías con cajas, etc. Al comenzar una colección, siempre hay que prever que, en el futuro, debe poder crecer

-Limpieza de fósiles:

1. Limpieza
El primer paso es utilizar una brocha de cerda de dureza media, para retirar e polvo y los restos de arena y otras partículas que están depositadas en la superficie del fósil o adheridas a ella. Hay que procurar no rayar la superficie del ejemplar con las partículas que se retiran.

2. Tratamiento químico
Un tratamiento casero, pero efectivo, es frotar el fósil con un cepillo mojado en vinagre, por las zonas donde hay arena o piedra. Este tratamiento retira la caliza, pero debe realizarse con cuidado.

3. Lavado
Se deja actuar el vinagre (produce burbujeo en la superficie del fósil) y se lava con abundante agua. No conviene dejar actuar mucho tiempo el vinagre, pues puede dañar el fósil.

4. Cepillado en seco
Con el cepillo de dientes seco se retiran los restos. Es posible que, para preparar algunos fósiles, sea necesario usar herramientas eléctricas especialmente diseñadas.


5. Fin del proceso
Tras un lavado con agua abundante, el fósil se seca al aire. Una vez seco, se puede devolver a la caja donde se conservaba.

Aqui pongo un video de un documental de todo este proceso:


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